lunes, 31 de mayo de 2010

Tradiciones Incas

Tradiciones


Cada año miles de peregrinos se reúnen en este lugar para rendir culto al Sol desde lo mas alto de las montañas. Muchos han perdido la vida en el empeño, pero son mas los que prefieren recordar así un rito que nos remite al legendario pasado Peruano.



A esta Enigmática y Arcana peregrinación también se le llama Estrella de las Nieves. Todo respira misterio y orden ancestral, algún iniciado h
abla de los motivos que pueden tener los que inician la peregrinación. Su objetivo final, solicitar favores, para bien o para mal, al majestuoso y tenebroso Señor de Colloriti. Y distante pero cercano esta en el ambiente, cada vez que los que inician el camino se acercan mas a el.



En esta tradición que se celebra en los Andes Peruanos d
 urante el solsticio de Invierno, en esos días que el "dios Sol" parece querer abandonar a los hombres..... Mahuayani es una minúscula aldea o pequeño poblado que se encuentra enclavado en la carretera que desciende desde Cuzco a Puerto Maldonado, lugar en donde los Andes conducen a la Selva Amazónica.


Se trata de una agrupación de pequeñas y humildes casas con algunos tenderetes en los que se detienen de vez en cuando los camioneros que cubren esta ruta vertiginosa.

Sin embargo este pequeño lugar casi abandonado de la vista del hombre, una vez al año, día y noche, miles de peregrinos se mueven entre estas casuchas, llegados de todos los lados del país. La procedencia de las personas es de todos lugares del país, todos con ilusión y fe, amontonados en vetustos y desvencijados autobuses y camiones de ganado y mercancías.



Con la ilusión renovada y dispuestos a ascender al Santuario del Señor de Colloriti "La Estrella de las Nieves".La peregrinación se efectúa durante los días mas cortos del año, los mas fríos, en realidad casi heladores en estas alturas de los Andes y cuando la luz dura pocas horas y la obscuridad se adueña del mundo, y las mentes comienzan a fraguar misterios desconocidos y en algunos momentos aterradores. La Fiesta del Corpus que en otros lugares es fiesta ya de sol y colorido en aquellos lugares del hemisferio austral, es la del Solsticio de Invierno.

En realidad la gente esta triste ya que desde siempre aquellas tierras han adorado al sol, y en estas fechas se ve poco. La peregrinación representa varias horas de lento ascenso desde Mahuayani hasta la Hoyada de Sinakara, lugar en que esta ubicada la Ermita del Señor de Colloriti. Los peregrinos acampan aquí durante los días de la celebración, allá por el mes de Junio.



Deben de recorrer de 10 a 12 kilómetros por un laborioso camino estrecho y empinado, desde el cual en algunos recodos asoman terribles precipicios -evocadores fatuos de la muerte- que se han cobrado ya varias victimas en los últimos años. Todo parece indicar que la inescrutable montaña impone un sacrificio humano de vez en cuando como tributo a su deidad.

Por el camino se encuentran 12 cruces, junto a cada una de ellas el peregrino dejara un guijarro, que es en realidad una huaca o manifestación divina de la religión andina prehispánica que la Iglesia quiso sustituir por cruces, convirtiéndola en representaciones penitentes. Pero nada ha podido con la "Vieja Tradición".



Las piedras que se depositan junto a las cruces, "poseen" el aliento vital del peregrino que en agradecimiento devuelve a "la Madre Naturaleza". Y es que lo que hay que saber y tener bien claro, es la tradición que existe en estas tierras, la religión de los incas, que siempre culminaba con la adoración al sol. Pero que siempre han quedado partes o substratos de creencias o practicas de las culturas preincaicas, que han sobrevivido a todos los conquistadores, primero a los incas y después a los españoles.



Y así en todas partes además de los templos en donde se rinde culto a la religión oficial, sea esta cual fuere, se encuentran desperdigadas las famosas huaca o huchas para depositar los guijarros. Que no dejan de ser verdaderos "lugares sagrados". Y que no tienen ni lugar fijo, ni forma predeterminada. Es decir puede ser una montaña, una roca, un templo, un puente o incluso el fardo de una momia. Se tiene que considerar que las huacas no son simplemente una relación con las Practicas Religiosas, sino que están íntimamente ligadas a las artes mágicas y los encantamientos.

Sobre este aspecto y teniendo en cuenta la versión oficial, según las crónicas de la época, la tradición refiere claramente que en este lugar Jesucristo se apareció a un pastor, llamado Mariano Maita. Pero por otro lado, se sabe que todo el Valle era un lugar sagrado desde lejanos tiempos precolombinos y que en el se celebraban arcanas y misteriosas practicas religiosas verdaderamente antiquísimas.



Sobre este fenómeno, se han presentado dos interpretaciones:

La primera representa que la aparición y milagros del Señor de Colloriti es una ficción que permitía a los indios oficiar sus practicas religiosas en lugares tradicionales con la aquiescencia de la Iglesia Católica.


Sin embargo otros piensan que fue un invento de los propios españoles, para sustituir el culto anterior por otro nuevo, menos arcano y misterioso, quizás.

Sin embargo lo cierto es que pese al mestizaje simbólico que se ha producido, las practicas tradicionales perviven y continúan con arraigo en los lugares mágicos de antaño, bajo una mezcla de misterioso ritual y magia, en los que es difícil poder concretar símbolos de alguna tradición en concreto.

El final del largo camino esta marcado y señalado con una gran roca, la Huaca Principal. Allí la Iglesia en un intento desesperado de querer disimular practicas, costumbres y tradiciones arcanas, erigió una ermita para "salvar las almas perdidas". Aquí comenzó una lucha de símbolos. Ya que los Indios respetando la ermita abrieron una ventana orientada hacia Cuzco.



Posteriormente delante de ella un sacerdote levantó una cruz, pero sobre ella, unos peregrinos colocaron una piedra, la cual simbolizaba el ojo por el que la huaca miraba hacia el ombligo del mundo... La extraña y magnética Ciudad de Cuzco... En la pampa que rodea la ermita, se erige y levanta un campamento improvisado sobre el que se colocan cientos de columnas de humo. Como tétricos espectadores, unos dramáticos y amenazadores brazos del glaciar, son testigos de las extrañas ceremonias. Allí los peregrinos, combaten el frío con te y aguardiente y el cansancio y el hambre con hojas de coca. La noche helada, señorial, lúgubre, misteriosa y aterradora se cierne sobre ellos con su tétrico manto. Solo los primeros rayos matutinos reconfortan de las terribles heladas a los peregrinos.....

(continua)

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