La religión no es sólo una, sino cientos.
La espiritualidad es una.
La religión es para los dormidos.
La espiritualidad es para los despiertos.
La religión es para aquellos que necesitan que alguien más les diga qué hacer,
quieren ser guiados.
La espiritualidad es para los que prestan oídos a su voz interior.