lunes, 13 de septiembre de 2010

Top 11: patrones fractales en la naturaleza

del Sitio Web PijamaSurf

Desde el epícentro natural de la geometría sagrada, patrones fractales se desdoblan como parte de un discurso que evoca la omnipresencia de un dios estético

Publicación: 12/09/10 01:40 PM Autor: pijamasurf

A lo largo de la historia humana, dentro de diversas culturas alrededor del mundo, una de las principales características atribuidas a la divinidad es la estética. Con la geometría, el ritmo, y la cromática como tres de los recursos predilectos de este discurso divino, la naturaleza alcanza la más espectacular, y a la vez discreta, manifestación de dios como una híper estética paradoja.

Un fractal es un patrón geométrico que se autorreplica, infinitamente, a escalas menores, para producir formas y superficies irregulares que escapan de los dominios de la geometría clásica. Al igual que en la naturaleza holográfica, cada porción de un fractal, por más pequeña que esta sea, proyecta la figura completa a una escala más pequeña.

El brillante matemático francés Benoit Mandelbrot, que descubrió la matemática fractal en la década de los setentas, afirma que un fractal no puede ser tratado, desde un punto de vista matemático, como un objeto que se manifiesta dentro de un número especifico de dimensiones. La naturaleza de estas “entidades” radica principalmente en dos variables: la irregularidad al nivel de la forma, y el patrón a nivel del ritmo. Mientras que su característica intrínseca es el desdoblamiento autosemejante.

Desde un punto de vista un tanto más poético, el fractal podría representarse imaginando un escenario en el que el alma de la geometría se contempla así misma frente a un espejo y tras percibirse como un dios creador consuma su conciencia frente a una algorítmica y omnipresente vacuidad.

Y a pesar de que los fractales se han convertido en uno de los recursos más populares en la generación de gráficos por computadora (CGI), como suele suceder en muchos otros rubros cuando se trata de estética, la versión más pura y refinada de estas figuras habita en la siempre perfecta naturaleza (dios tiene buen gusto):


En las cataratas ocurre un fenómeno en el que la iregularidad producida por la piedras, en combinación con la gravedad, generan patrones fractales durante la caída del agua.